En ocasiones, más de las que me gustaría admitir, no es posible otorgar un diagnóstico concreto a tu paciente. Después de decenas de visitas y de pruebas, no consigues encuadrar al paciente en ninguna enfermedad. Puede ser por un problema de conocimiento porque se trate de una enfermedad muy rara o simplemente que ni siquiera se haya descrito previamente. Es más frecuente de lo que parece. Obviamente hay que intentar agotar los recursos diagnósticos a nuestro alcance o incluso más allá, pero lo cierto es que el tiempo va pasando y no por no tener diagnóstico debemos dejar de tratar al paciente.
Primero que nada, lo que a menudo los médicos más despreciamos como algo secundario y, en cambio, los pacientes más valoran, acompañar y apoyar al paciente. Quizá no nos demos cuenta, pero lo que más agradecen estos pacientes es sentirse arropados, saber que alguien está intentando resolver el puzle, alguien que les puede resolver (o intentar resolver) las dudas que tienen y les puede ayudar a guiar el periplo.
Por supuesto, debemos dejar a un lado nuestro orgullo personal y no nos debe temblar la mano a la hora de pedir ayudar a otros compañeros de otras especialidades, otros centros o incluso nuestro propio centro de trabajo. El conocimiento médico es más circunstancial de lo que parece. El mero hecho de haber visto un paciente, puede hacerte pensar de nuevo en esa patología, algo que no pasará a otro médico que no lo haya vivido.
Incluso en las ocasiones que todo falla, hay cosas que podemos hacer. Rara vez se te presenta un paciente que no se parece en absolutamente nada a ningún otro paciente o patología que conozcas. Si tienes un paciente con un cuadro inflamatorio que no se encuadra en nada, manéjalo de forma similar. Probablemente las complicaciones que puedan aparecer sean similares a otro de su misma familia. Si parece una enfermedad mitocondrial, pero la biopsia y la genética no es compatible, busca manifestaciones que otras enfermedades puedan tener.
Hay que asumirlo. No vamos a saberlo todo. Vamos a tener pacientes que no vamos a poder diagnosticar, pero no por ello, deja de haber cosas que podamos hacer por ellos.
Gracias por todo lo que haces para montar mi puzzle, seguimos luchando…y sí, hace mucho el apoyo, y contigo no me falta. Gracias MIL
Gracias por tus palabras, Laura.
¡Seguimos adelante!