Quizá la pregunta que más me han hecho a lo largo de mi vida es… ¿Qué es un internista? A día de hoy creo que si se lo preguntara a mi mujer o a mis padres no sabrían explicármelo bien. Lo he explicado de distintas formas a lo largo de estos años: es el que se encarga de los diagnósticos, es el que se encarga de las patologías que afectan a varios órganos del cuerpo, es el médico de los pacientes con varias enfermedades…
Ninguna de estas definiciones es correcta del todo, pero todas tienen algo de verdad. Quizá lo que más caracteriza al internista es la visión integral y global del paciente.
En las últimas décadas del siglo XX apareció la gran revolución de las especialidades médicas. Digamos que antes todos eran internistas y de repente todos querían tener su trocito en el que especializarse. Surgió el cardiólogo, el nefrólogo, el neurólogo…Pero la cosa no quedó ahí y la situación se fragmentó aún más: un cardiólogo podía dedicarse a válvulas, otro a infartos, otro a arritmias…
Esta subespecialización es necesaria dado el desenfrenado avance de la ciencia médica. Para estar al día, los médicos tuvimos que centrarnos en sistemas cada vez más pequeños…
En ese contexto parecía que el internista había perdido prácticamente su razón de ser, pero ha presentado un importante aumento en su importancia en los inicios del siglo XXI. Al haber tan importante subespecialización, los puntos que nombré al principio (pacientes sin diagnóstico, patologías multisistémicas, pacientes pluripatológicos) precisaban de un referente al que dirigirse. Estos pacientes no son solamente la suma de sus problemas, tiene que haber alguien que sea capaz de integrar las distintas patologías o síntomas y sepa manejar al paciente como lo que es, un único sistema muy complejo, pero que no es igual a la suma de sus partes.
El internista vendría a ocupar este hueco. No hay patología que como internista podamos decir “no es mía”, dado que cualquier enfermedad que pueda afectar al paciente debe integrarse con el resto de sus características.
Así pues, cuando oigas la palabra internista, piensa en que es la figura que integra toda la patología del paciente.