Uno de los dichos del rico refranero español es “El tiempo todo lo cura”. No sé si antes o después, Voltaire dijo una frase que viene a reflejar lo mismo “La medicina es el arte de entretener al paciente mientras la naturaleza lo cura”. Está claro que en ambas frases subyace un optimismo quizá desmesurado, pero lo que sí que es cierto es que el tiempo es un elemento importantísimo en la práctica médica.
Además del ya nombrado del efecto curador del tiempo en las frases previas, el tiempo también es un formidable aliado en el diagnóstico, sobre todo en las enfermedades con un inicio más insidioso y larvado. En ellas puede ser imposible de diferenciar unas de otras al principio, pero el paso del tiempo puede hacer que aparezcan nuevos síntomas o manifestaciones que muestren su naturaleza.
Pero no es de todo esto por lo que escribo este texto. Lo que realmente es un problema es la escasez de tiempo por paciente. El problema es que la concepción de la visión del paciente es errónea. Es cierto que algunos problemas de salud de una persona pueden resolverse en relativamente poco tiempo, pero es un problema de enfoque. No hay que tratar patologías. Hay que tratar pacientes. Si viene un paciente porque le duele la rodilla es muy sencillo ver la rodilla, pedir una prueba de imagen si procede y pautar un antiinflamatorio. Lo que es complicado es darse cuenta que el problema no es el dolor de rodilla, si no ver el paciente en su conjunto. ¿Está hipertenso? ¿Cómo tiene el azúcar? ¿Tiene otra sintomatología que pueda hacer pensar que detrás de un síntoma puede haber algo más?
Los médicos de Atención Primaria pueden tener que ver fácilmente más de 35-40 pacientes cada mañana, y si hay alguno que lee esto sabe que no son cifras nada exageradas, más bien al contrario, tirando a conservadoras. En cuanto a la Atención Especializada puede plantarse fácilmente en 20 pacientes cada día, que tampoco da como para ver al paciente en su conjunto, si no a su patología concreta por lo que viene. Esto lleva a la una suma de especialistas que ven cada uno su parte o patología.
El enfoque tiene que cambiar. El tiempo es la clave en el manejo del paciente. Está claro que los médicos no pueden saber todo de todo, y por eso hay especialistas órgano específicos, pero el manejo global del paciente debe hacerse con tiempo y tranquilidad, para poder valorar de forma pausada y correcta tanto las patologías como los factores de riesgo del paciente y sus hábitos de vida. Solo así podremos avanzar en el correcto manejo de los pacientes.
